miércoles, 30 de enero de 2013

Después de las tan merecidas vacaciones y anticipando un año laboral y lectivo lleno de ARTE, CREATIVIDAD, AUTOCONOCIMIENTO y SANACIÓN...

Informes e inscripciones vía mail:  atelier.diana.alvarez@live.com
o por Facebook:    Atelier de Arte Diana Alvarez





Cambios cerebrales provocados por la meditación


  • Lóbulo frontal: El lado izquierdo de esta región esta asociado a las emociones positivas y al estado de calma. Se crea un estado afectivo positivo y disminuye la ansiedad y la cólera. Aumentan los niveles de GABA, un neurotransmisor, que implica menor distracción por los estímulos exteriores que amplifica la concentración.


  • Lóbulo parietal: Regula el sentido de si mismo y la orientación física, En el se genera una imagen tridimensional del cuerpo en el espacio y proporciona la ubicación espacial. Distingue entre el individuo y el exterior. Perdida de la sensación de unidad y del espacio-tiempo.


  • Sistema límbico: La región encargada de procesar las emociones. Formada por el hipocampo, la amígdala y el hipotálamo. Aumenta la visualización de imágenes. Estimula la producción de endorfinas, drogas producidas por el organismo y con ellas se reduce el miedo, se produce sensación de felicidad y euforia.


  • Hipotálamo: Regula el medio interno del organismo controla parámetros como la tensión arterial, la temperatura y el ritmo del corazón. Procesa las emociones. Reduce las frecuencias cardíacas y respiratorias y la tensión arterial. Aumenta la producción de serotonina, un neurotransmisor cuyo déficit esta asociado a la depresión.
La contemplación también es sanadora...



La ceremonia del  KALACHAKRA


La ceremonia de la "rueda del tiempo" es una tradición de la iniciación del Kalachakra, la cual se lleva a cabo cada dos o tres años. El Dalai Lama la dirigió el año pasado en Washington, EEUU.

Esta iniciación busca activar la semilla de la iluminación que se encuentra latente en cada ser humano, la conexión desde adentro con la naturaleza, el Universo y, sobre todo, con el Ser Supremo. 








   En un valle remoto de la ciudad india de Dharamsala, situado en la zona más occidental del Himalaya 
a menor altitud, a tan sólo 3800 metros, se reúnen los peregrinos que han traspasado desfiladeros 
de hasta 5000 metros de altitud, los más grandes del mundo. Ha sido un duro viaje, pero todos vienen 
porque son seguidores de una religión con 2500 años de tradición. Les anima el vivir la experiencia 
de una de las más sagradas ceremonias budistas, el kalachakra, que significa la rueda del tiempo.

   El Dalai Lama, el Dios Rey del Tibet preside el kalachakra, el hombre cuyos discípulos creen la 
encarnación del mismo Buda. El Dalai Lama es un refugiado político, exiliado en la vecina India como 
otros 150.000 compatriotas. Es el líder religioso y político de seis millones de tibetanos, cuyo título 
significa “Océano de sabiduría” y sus seguidores creen que en los últimos 600 años ha muerto 13 
veces y que en cada ocasión, su alma ha retornado a un nuevo cuerpo terrenal.

   El Dalai Lama pronuncia el mensaje budista de la impermanencia, un mensaje que da fuerza y 
resolución a una multitud de 40.000 seguidores, para hacer frente a la tragedia y al cambio. 
El mensaje les proporciona la capacidad de permanecer esperanzados, incluso cuando parece que 
lo han perdido todo. Este semblante exterior oculta la profunda desesperación del Tibet.

   La ceremonia del kalachakra se celebraba en el pasado cada veinte años; en la actualidad, el ritual 
ha abandonado su rigidez y se celebra anualmente. De esta manera, se obliga a girar más rápidamente 
a la rueda del tiempo. Es una forma de encauzar una crisis que ha llevado a la civilización tibetana al 
límite de su desesperación.

   El kalachakra es un ritual de preparación para el fin de todas las cosas, pues los budistas creen que 
el mundo está entrando en una era apocalíptica de completa destrucción de tiempo y espacio. 
La ceremonia tiene una semana de duración y durante este tiempo los monjes trabajan día y noche 
confeccionando un enigmático tapiz como cirujanos del corazón, utilizando unos delicados instrumentos 
en forma de embudo, pero sus conocimientos sobre el corazón humano no descansan en la ciencia médica 
sino en el amor y la compasión. No realizan un trabajo minucioso para aliviar a un paciente de una dolencia 
material, sino para salvar a cada ser vivo del sansara: el ciclo de nacimiento, vida, muerte y reencarnación, 
y para sanar el corazón de un mundo en crisis.
   Con meticuloso cuidado, utilizando granos de arena coloreados, van creando un complejo diseño llamado mandala, un diagrama o representación esquemática y simbólica del macrocosmos y el microcosmos. Es una especie de mapa para guiar a los creyentes en el camino de la iluminación, más allá de las ilusiones del mundo material, el sendero de la verdad espiritual. Para los monjes, la confección laberíntica del mandala es una experiencia de goce hipnótico y místico, que una vez culminada pierde su valor principal, fundida en el todo o en la nada, que es lo mismo.

   La ceremonia del kalachakra está a punto de acabar, sólo queda un ritual. El gran Mandala ya ha sido terminado. Para los 40.000 peregrinos no puede haber mayor privilegio que ver el Mandala del Kalachakra. Aguardan pacientemente en fila, pues llevará días para que les llegue el turno a todos.
   Asistir a la enseñanza sagrada, ver finalmente el Mandala del Kalachakra será la culminación de sus 
vidas religiosas, algo así como reservar un asiento en la barca de salvamento espiritual que los ha de llevar de 
este mundo al próximo. Admirar la legendaria rueda del tiempo es el equivalente budista a una peregrinación a 
Tierra Santa, a la Meca, o concertar una audiencia con el Papa.

   Al finalizar la ceremonia del kalachakra, tiene lugar la solemne destrucción del mandala y la arena teñida es 
juntada e introducida en urnas engalanadas de vistosos colores. Posteriormente las urnas serán custodiadas 
en procesión hasta la alta montaña, donde finalmente se volcará su contenido en las cristalinas aguas que 
discurren alborotadas por sus cauces naturales.

http://www.shitokaidetenerife.com/tibet.htm