lunes, 16 de octubre de 2017

TRENCADIS



¿Qué es el trencadís?



El trencadís es un tipo de mosaico cerámico artístico que tiene como peculiaridad que las piezas usadas para su fabricación, provienen de azulejos troceados. La clave de un trencadís de calidad se encuentra en elegir piezas con tamaños similares, ordenadas de forma que parezcan un puzzle en el que todas encajan dejando un pequeño espacio entre pieza y pieza para poder rejuntar. El término de esta técnica de aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos o azulejos, unidos con mortero o argamasa, proviene de la lengua catalana, traduciéndose aproximadamente como “troceado” o “picadillo”.

 El recubrimiento de superficies con trencadís tuvo un gran protagonismo durante el modernismo hacia fines del siglo XIX en Barcelona, España, sobretodo en la obra de Antoni Gaudí (1852 – 1926).   Los orígenes del trencadís como tal se remontan a una anécdota de la vida de Gaudí, que cuenta haber visitado el taller de su colega Lluís Brú y, al ver la baja velocidad a la que colocaban baldosas, tomó una de ellas y una maceta, con la cual destruyó la baldosa, dejando pequeños fragmentos de cerámico. Luego dijo: “A puñados se tienen que poner, si no, no acabaremos nunca.” Los trozos de cerámica luego se aplicaron de esa manera, lo cual inspiró el uso de esta nueva técnica, que luego sería pulida y perfeccionada con los años.


Se considera como primera aplicación pública del trencadís al llamador de la entrada de la finca Güell, parte de los Pabellones Güell, edificados por Gaudí entre 1884 y 1887. De los Pabellones se desprende una de las mayores obras del modernismo catalán, el Parque Güell (Parc Güell en catalán), diseñado por Gaudí por encargo del empresario Eusebi Güell, construído entre 1900 y 1914 e inaugurado como parque público en 1926. Esta obra fue incorporada en 1984 a la Lista del Patrimonio de la Humanidad “Obras de Antoni Gaudí” por Unesco. De sus 17.18 hectáreas de extensión, gran parte de las superficies están cubiertas por trencadís, cuyos diseños y colores se integran con la naturaleza que rodea al Parque, evitando a toda costa los ángulos rectos, incluyendo las columnas, que se encuentran inclinadas al igual que las palmeras que predominan en el ambiente. Cuando Gaudí tomó las riendas de este proyecto, la zona se encontraba deforestada (siendo incluso llamada por el nombre de “Montaña Pelada”), por lo que antes que nada mandó plantar vegetación, escogiendo las especies mediterráneas autóctonas que mejor se adaptarían al terreno, incluyendo pino, algarrobo, ciruelo, lavanda, savia, y como se mencionó, palmera. Los colores que predominan en la obra son el azul, el verde y el amarillo, que para Gaudí simbolizaban Fe, Esperanza y Caridad.
 
Parque Güell, Barcelona
 
 

 
 


Gaudí en varios proyectos necesitaba unos colores brillantes y duraderos al mismo tiempo que se aunaba al desarrollo de unas superficies ondulantes que podían capturar esos brillos y aumentar sus efectos plásticos. Para conseguir esta suma de condiciones usaba cerámica esmaltada. Para conseguir revestir estas superficies de cerámica, Gaudí usaba piezas de rechazo de la fábrica Pujol i Bausis, emplazada en Esplugas de Llobregat, así como otros fragmentos de platos y tazas, vasos…. También utilizó baldosas de cerámica y el mosaico con la técnica del opus tessellatum. El uso de deshechos y su fractura para conseguir tamaños más pequeños posibilitaba que pudiesen ir adaptandose a las superficies curvas, a diferencia de los mosaicos que hasta ese momento buscaban la planeidad.

El arquitecto modernista catalán Josep Maria Jujol (1879-1949) colaboró con Gaudí en algunas de sus obras más representativas como la Casa Batlló, el Parque Güell o la Casa Milá (La Pedrera), aplicando esta interesante, laboriosa y artesana técnica del trencadís. La técnica tradicional empleada por Gaudí y Jujol consistía en seleccionar y romper fragmentos cerámicos para obtener piezas de tamaños uniformes, no superiores a 8 o 10 centímetros, que quedaban unidos con argamasa (un mortero compuesto por cal, arena y agua). No obstante, aunque la cerámica es el material más común para emplear en la realización de esta técnica, también se pueden utilizar perfectamente trozos de vidrio, mármol o piedras.



 
La Pedrera




Casa Batló

 
 
 
 
 
Actualmente el arquitecto Santiago Calatrava utiliza el trencadís principalmente en color blanco para recubrir el exterior de sus obras, siendo un signo distintivo de su arquitectura. Para recubrir las zonas interiores reserva el color azul cobalto. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia es un claro ejemplo de ello.
 
 

 



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 En la actualidad, el uso de trencadís se ha extendido para la elaboración de cuadros, paneles decorativos o la creación de logotipos.